Friday, July 10

My own roller coaster

..Y es que hay personas que, tal como son, te llenan el corazón..

Qué lindo cuando en mi montaña rusa particular, esa que tengo en propiedad y que ni el tío Floren paga lo suficiente por llevarse a otra parte, viene la subida lenta, con el sonido de los engranajes como música de ambiente, con el corazón en la garganta por la última bajada y con la mente puesta en qué te va a robar el aire tras la próxima curva, allá, en lo alto, con las manos fuertemente agarradas al metal que ya no está ni frío en esa barrita que, ahora más que nunca, la sientes escurridiza, tan escurridiza como el momento de subida que estás sintiendo pero no percibiendo, con tus 50 kilos que Newton, con su ley de la gravedad, hace parecer que sean 200, con lo pequeño que se ve todo mientras asciendes, incluso los problemas, cuando vives el aquí y el ahora más que nunca; qué lindo ver que Diego hoy ha subido contigo en tu vagón.

Gracias Diego, cuando quieras te pongo en mi lista de hombres a transformar, en mujer, por supuesto.

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