La gente ya sólo ve números. A quien le sobran, quiere mulitplicar y a quien le faltan también. Si todos multiplicamos hay sobreabundancia, nos ahogamos en números. Es cierto que multiplicar tiene cada uno su por qué. Unos para bañarse en oro, otros para que el otro le deje respirar de vez en cuando fuera de su agua limpita y fresca de río. Ninguno de los 2 conoce el territorio vecino, aunque tampoco quieren ni hacen por conocerlo. Pero está claro que uno si no pisa no avanza y el otro, parece que si no es pisado no avanza.
Esto es una locura.
Dejemos vivir, dejen de apretar al que se baña en su río como agua más pura, al que no tiene interés en multiplicar porque cada día sueña y vuela al mismo tiempo, al que no le hace falta ser pisoteado porque es libre, al que se balancea en su mecedora mientras escucha por dentro.
Puta envidia humana.
De cerca y de lejos, se siente tan fuerte que apaga cualquier sonrisa. Dejad sonreir a quienes queremos vivir felices.
Guarden su envidia para su puto EGO.
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